Por: Jorge Iván Gutiérrez
En un trabajo articulado, que contó con la participación de entidades nacionales e internacionales, la Gobernación de Norte de Santander y la Alcaldía de Villa del Rosario gestionaron la primera entrega de ayudas humanitarias a la población vulnerable que reside en el corregimiento de La Parada. Esta iniciativa se dio previo a una minuciosa caracterización.
Apoyados por la fuerza pública, miembros de entidades como la Diócesis de Cúcuta, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la agencia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), se inició la jornada el domingo con una eucaristía que contó con la presencia del gobernador Silvano Serrano.
“Aquí tenemos población vulnerable a quienes la crisis del COVID-19 les obliga a quedarse en sus casas y muchas de estas personas viven del día a día. De manera que hemos trabajado con toda la cooperación internacional para que 8.000 personas reciban las condiciones mínimas de subsistencia” expresó el secretario de Fronteras y Cooperación Internacional de la Gobernación de Norte de Santander, Víctor Bautista, al inicio de esta jornada.
Paquetes con elementos de aseo personal, mercado y otros productos de primera necesidad fueron llevados casa a casa con el apoyo de integrantes de la Policía Nacional y el Ejército Colombiano, destacando el buen comportamiento de los residentes quienes celebraron la realización de este tipo de actividades.
Para el alcalde de Villa del Rosario, Eugenio Rangel Manrique, este tipo de entregas son de vital importancia en medio del hacinamiento en el que viven muchas familias en La Parada, pues para él no ha sido fácil atender la situación. “pero gracias al trabajo con varias entidades logramos hacer este primer ejercicio”.
Esta entrega de ayudas humanitarias se da en medio de la articulación de la hoja de ruta que se adelanta desde la Gobernación para afrontar la epidemia del coronavirus en una de las zonas más complejas de toda la frontera, ya que colinda con barrios muy cercanos de San Antonio del Táchira, donde la población tiene su sustento en un alto grado de informalidad, comercio transfronterizo y el paso ilegal de bienes de lado a lado de la frontera.